[Opinión] Andrés Romaña: En busca de un autócrata

De acuerdo con la última encuesta del IEP, el 44% de los encuestados señalaron que entre los gobiernos de PPK, Vizcarra, Sagasti y Castillo, el del exgobernador moqueguano fue “el mejor”. Lamentablemente, la población ha olvidado –o nunca le interesó esto– los escándalos casi semanales en el entorno de Vizcarra cuando este estaba en el poder. Parece que se olvidaron de Richard Swing, el “artista” que más parecía un cómico mediocre que ganó jugosos contratos con el Estado.

Asimismo, parecen haber olvidado a los ministros que salieron con graves escándalos durante su gobierno, como Petrozzi, Trujillo o Hernández, quien se convirtió en colaborador eficaz y confesó haber sido intermediario entre Vizcarra y una empresa de construcción para que el entonces gobernador recibiera sobornos.

Además de las graves denuncias en su contra, durante su gobierno no se impulsó ninguna política pública buena, sino que se conformó con rodearse de ministros –salvo el gabinete de Cateriano– sumisos que acataban sin titubear cualquier orden de Vizcarra. A este solo le interesó su popularidad a costa de golpear a un Congreso desprestigiado.

El legado de Vizcarra es haber destruido la institucionalidad, con la no reelección de congresistas, así como otras reformas políticas que aceleraron el aniquilamiento del sistema partidario. Pero lo más grave fue haberse vacunado cobardemente a escondidas, haber nombrado a un ministro de Salud dogmático en plena pandemia, y las contrataciones cuestionables de amigos suyos en el Estado.

Lo que hizo popular a Vizcarra no fueron sus buenas políticas públicas, dado que no hubo ninguna, sino su estilo autoritario y confrontacional, similar al de Fujimori en 1992. Lamentablemente, parece que los peruanos continúan en búsqueda de un autócrata.