PUBLICIDAD
[Opinión] Andrés Romaña: El Congreso impopular
En las últimas semanas se escucha a quienes aseguran que la crisis actual es culpa, en misma medida, del presidente Castillo y del Congreso. Lo preocupante es que señalan que la desaprobación del Congreso es motivo para que el Legislativo y el Ejecutivo sean renovados antes de que culmine su periodo. Aquello es un error.
Imagen
Fecha Actualización
En las últimas semanas se escucha a quienes aseguran que la crisis actual es culpa, en misma medida, del presidente Castillo y del Congreso. Lo preocupante es que señalan que la desaprobación del Congreso es motivo para que el Legislativo y el Ejecutivo sean renovados antes de que culmine su periodo. Aquello es un error.
El Poder Ejecutivo es integrado por el presidente –que es elegido en las urnas– y sus ministros –que son elegidos por el mandatario–. Es decir, la aprobación o desaprobación ciudadana hacia el Ejecutivo está unida de forma estrecha al presidente de la República, quien gobierna y elige a sus ministros.
El Congreso está conformado por 130 congresistas, elegidos por electores diferentes y en representación de cada región del país. Al estar integrado por diversas fuerzas políticas, de diferentes ideologías y con distintos intereses dependiendo de cada región, es sumamente difícil que el Congreso agrade ni siquiera a la mitad del país.
La gran mayoría de votantes desaprueba al Congreso, pero cada votante lo desaprueba por motivos diferentes. Hay quienes lo hacen por no vacar a Castillo, o por no aprobar una Asamblea Constituyente, por ejemplo. Por eso es que en ninguna democracia el Congreso es popular. Porque cada congresista representa a un electorado diferente y tiene ideas diferentes.
Entonces, equiparar la desaprobación de Castillo con la del Congreso es ridículo. En el caso del Congreso, ¿a qué congresistas se desaprueba? O ¿por cuál votación se le desaprueba? Porque en toda votación congresal hay quienes votan a favor o en contra. Entonces, ¿se desaprueba a todo el Congreso o solo a los congresistas que no votan como les gusta a determinados ciudadanos?
Por ello, nunca hubo, hay ni habrá un Congreso que sea popular.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD