“Es penosamente verdadero el cuestionamiento a la confianza dada a un gabinete como el de Bellido. Somos testigos de esa barbaridad aterradora”.  (Foto: Mario Zapata Nieto / @photo.gec)
“Es penosamente verdadero el cuestionamiento a la confianza dada a un gabinete como el de Bellido. Somos testigos de esa barbaridad aterradora”. (Foto: Mario Zapata Nieto / @photo.gec)

Es penosamente verdadero el cuestionamiento a la confianza dada a un gabinete como el de Bellido. Somos testigos de esa barbaridad aterradora. ¿Qué duda cabe? Pero debemos preguntarnos si se perdió la oportunidad para librar del comunismo más radical al Perú. Estoy deliberando entre la respuesta afirmativa a esa pregunta y una actuación segura y eficaz de un Congreso, con los votos necesarios.

Estábamos y aún estamos frente a balas apuntándose de un lado y del otro, con renovadas y muy serias causas de vacancia presidencial. En esta situación de abismo, vuelve a dolerme haber votado por PPK y pido perdón por esa causa raíz de desgobierno y el laberinto siguiente de las causas y los efectos que, desde allí, han ocurrido hasta tener hoy un Gobierno que desprecia la democracia y quiere hacer añicos las libertades y el plan de vida de todos.

Acompañados de corrupción nos trajeron hasta aquí políticos, malos dirigentes y empresarios, electores y medios de comunicación frívolos, irresponsables, berrinchudos y sociópatas.

La decisión del Congreso fue una acción de supervivencia en estado de necesidad, contra su disolución como espada de Damocles. ¿Pero salvó su existencia o solo aplazó su desaparición y una Constituyente que destruirá el Perú, con todos sus planes, vidas y libertades?

Pienso que se retaron a duelo el sentido común y la oportunidad y que ganó el primero eludiendo las balas de Castillo. El Congreso ha postergado las suyas, pero nuestros representantes deben saber que sin miedo no hay valor y que sin oportunidad no hay sentido común. La situación es serísima, la confrontación por la vida y las libertades no puede esperar.

No les creo, no iría ni a misa con esa izquierda.


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