¿En qué mundo paralelo vive el ministro de Salud, César Vásquez? Por la mañana de ayer las redacciones daban cuenta de una sesión de Consejo de Ministros donde se ventilaban acciones a tomar para controlar la epidemia del dengue, que, a decir de los epidemiólogos, se encuentra desbordada en el país. Basta ver los establecimientos de salud públicos abarrotados de pacientes buscando descartar ser portadores del dengue, así como una oportuna atención médica. Pero lamentablemente en la mayoría de los centros no se da ni lo uno ni lo otro, porque desde la portería te indican que no hay reactivos para descartar la enfermedad, que no hay camas hospitalarias, que tampoco pueden realizárseles hemogramas, al estar sobrepasados logísticamente por la enfermedad y la falta de previsión de las autoridades que en los últimos años, en la práctica, conocen muy bien que el dengue ya no es una enfermedad estacional que se presenta principalmente en épocas de lluvia sino una permanente, que afecta hígado, corazón, bazo y tejidos linfáticos según estudios de la Fundación Brasileña Fiocruz, llegando en muchos casos al estadio de la muerte. Así las cosas, se generó expectativa por los anuncios del Minsa, pero en mi opinión estos fueron más de lo mismo. El titular del sector se limitó a dar cuenta, al mismo estilo de sus antecesores en el cargo, de que se había aprobado una nueva transferencia de presupuesto a los gobiernos subnacionales para que le sigan haciendo la lucha al dengue, lo que equivale a ponerse de costado en la toma de decisiones como ente rector de la salud pública. Pero la cereza del helado fue decirle a la ciudadanía que el aumento de casos de dengue desde hace dos semanas se encuentra en desaceleración. ¡Francamente!

En el hipotético caso de que fuera cierto que el dengue está a la baja, ¿qué proyecta este Gobierno como estrategia de salud pública para en adelante prevenir y contrarrestar las altas cifras anuales de enfermos por dengue, como lo hace por ejemplo Brasil que ha adquirido la vacuna de fabricación japonesa Qdenga y que se aplica con carácter de obligatorio a niños a partir de los 10 años?

Si bien tal vacuna, de aplicación ya en Argentina y Europa, no detendrá de forma inmediata la epidemia, ya que está sujeta a dos dosis en un periodo de tres meses para gozar de protección, ojo, no para hacerte inmune a un contagio, sino para minimizar sus efectos en un lapso de 4 años, máxime en el dengue hemorrágico. Es más bien, una estrategia de prevención de mediano plazo que evitará muertes. ¿O es este un gobierno antivacunas?