(Foto: Presidencia)
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Cuánto desafecto del Gobierno por nuestros connacionales varados en Israel y Jordania, atrapados en medio del estado de guerra declarado por Israel tras los repentinos ataques de Hamás iniciados el pasado sábado, conflicto que tiene al mundo entero en vilo. Este panorama de horror que se vive en Medio Oriente va cobrándose 1,200 vidas para Israel, 1,055 para Gaza, en tanto que 1,000 son los palestinos fallecidos en tierras judías, según ha dado cuenta la cadena alemana Deutsche Welle (DW) ayer miércoles. Los nuestros pugnan infructuosamente por retornar a Perú. Lamentablemente, se cuentan hasta el momento 2 bajas y 3 desaparecidos a causa de los ataques.

Rescatarlos con vida y ponerlos a buen recaudo, así como retornarlos a su patria, debiera ser la máxima prioridad para el Ejecutivo, pero parecieran tener adormecido el sentido de “urgencia”. Cómo hacerles entender que todas las vidas son sagradas, empezando por las de nuestros compatriotas en zona de guerra. Nuestras autoridades debieran mostrar mayores reflejos ante sucesos dramáticos como un conflicto bélico. Es absolutamente insuficiente y hasta inhumano darle un tratamiento burócrata a una situación extrema de alta vulnerabilidad para los peruanos atrapados en Israel y Jordania. Declaraciones como “estar evaluando mandar el avión presidencial” después —porque sí es prioridad en este momento para el Gobierno dejar a la presidenta Dina Boluarte y su corte en tierras alemanas, en su tercer viaje oficial al exterior como jefa de Estado— es de una total desconexión con el drama de los nuestros y sus familias en Perú, que claman por ayuda inmediata y se juegan la vida a cada minuto.

Si bien es cierto que la Cancillería inició el empadronamiento de los peruanos que solicitan ser retornados a su país, cuyo número se acerca a los 200, sin contar aquellos que protestan, era también importante poder contactar con nuestras autoridades diplomáticas. Esto era necesario hacer sin dejar de enviar aviones para trasladarlos al Perú, como ya vienen haciendo Argentina, Chile, Brasil, México, Colombia, mucho más expeditos que nosotros.

DIOS quiera que en estas horas y días subsiguientes no se produzca una baja o compromiso en la integridad física de los connacionales a la espera de ser evacuados. Eso sería de una tamaña negligencia y en mi opinión hasta de responsabilidad penal por “comisión por omisión”.

No discuto la conveniencia o no de los viajes al exterior de la mandataria. Por su cargo le asiste dirigir la política exterior. Esto al margen de la polémica de la constitucionalidad o no del “trabajo remoto” cuando se está fuera del país. Pero no es posible abandonar tierras peruanas cuando hay conciudadanos en peligro de muerte en zona de guerra sin tomar acciones inmediatas para su efectiva repatriación.


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