(Foto: @photo/gec)
(Foto: @photo/gec)

La palabra ‘filantropía’ deriva del griego filos y anthropos, que se traducen en “amor al ser humano”. El término fue acuñado por el emperador romano Flavio Claudio en el siglo III inspirado por la caridad radical de los cristianos de la iglesia primitiva.

La filantropía institucional es un fenómeno reciente en América Latina. Un estudio comparativo de la Universidad del Pacífico sostiene que las fundaciones filantrópicas de la región son, en su mayoría, relativamente pequeñas. Y Perú mantiene los aportes filantrópicos más pequeños de la región bajo diferentes variables financieras: activos, patrimonio, ingresos y gastos. Se calcula que el sector filantrópico peruano invierte solamente US$100 millones al año. Tenemos muchas entidades, pero muy pequeñas. 76% del total de entidades tiene ingresos menores a US$1 millón, mientras que en Colombia solo el 48%. La Teletón en Chile el año pasado recaudó más de US$50 millones. En Perú, no llegamos ni a US$2 millones. Hay una contra-intuitiva relación entre mayor abismo social y menor contribución filantrópica. Y es que siempre hay “buenas excusas” para no donar.

-”No confío en las instituciones sociales”. Hoy existe varios premios y reconocimientos –Perú Sostenible, Kunan, Próceres del Bicentenario, entre otros– que evidencian y visibilizan la calidad institucional de esfuerzos sociales.

MIRA: [Opinión] Álvaro Henzler: La salida no es la solución

-”No soy millonario para ser un filántropo”. Todos podemos ser filántropos con los recursos que contamos. La micro-filantropía y las fundaciones comunitarias son vehículos para que todos podamos aportar.

-”Ya no hago filantropía, sino sostenibilidad y valor compartido”. Es una falacia que estos conceptos compiten. En el mundo, la llegada del concepto de valor compartido ha hecho aumentar significativamente, y no reducir, la filantropía. La lista de signatarios de Giving Pledge, quienes se comprometan a donar la mayor parte de su fortuna a causas filantrópicas, se ha elevado en la última década de 40 millonarios de EE.UU. a casi 250 de todo el mundo. En EE.UU. las donaciones han aumentado de US$340 a US$470 mil millones en la última década.

No solo no hay excusa para no donar, sino que existe una urgente y creciente necesidad de convertir nuestra indignación en acción solidaria a través de dar tiempo y recursos económicos. Debemos fortalecer nuestra flaco y pequeño ecosistema filantrópico. En tiempos de alta indignación y queja nacional, sí podemos generar un cambio hoy. Elige tu causa y dona.

VIDEO RECOMENDADO

Preocupación por el rumbo de la educación del país
Los exministros de Educación Jaime Saavedra, Flor Pablo, Martín Benavides y Daniel Alfaro se reunieron en un conversatorio sobre el rumbo que está tomando actualmente la cartera que dirigieron en el pasado. La cita fue convocada por Care y la exministra de Educación Marilú Martens, quien dirige dicha organización.