[Opinión] Alfredo Ferrero: La economía poselecciones no luce bien

El reto del próximo gobernante es mayúsculo no solo por la pandemia, sino por la incertidumbre e inestabilidad de este quinquenio (cinco presidentes, tres congresos), agravado por el clima electoral, con candidatos en polos opuestos e irregularidades denunciadas.

Las dudas respecto del manejo económico de Castillo no son solo sobre sus planes, también sobre el equipo de gobierno y cuestionamientos al entorno (Perú Libre). Los gobernantes dicen tener “mandato del pueblo”, un colectivo sin identificación clara, pero sus políticas terminan perjudicando a la población que dicen representar. Castillo obtuvo 18% en primera vuelta y el 50% del país no concuerda con su proyecto. Es difícil gobernar así, por lo que deberán buscar consensos. Los mensajes son contrarios (Asamblea Constituyente) y el dólar, por desconfianza, sube impactando importaciones y productos básicos.

Es lamentable el discurso antiminero porque el mercado refleja un ciclo de buenos precios de minerales (más regalías, canon, impuestos y empleos). Ello se potenciaría con nuevos proyectos. La economía mundial crece y Perú vendería más productos gracias a los TLC, también amenazados. El turismo mundial proyecta un rebote ante la búsqueda de nuevos aires y Perú no debe perder esa ola. Los contratiempos en vacunación y conflictividad ahuyentan turistas que pueden elegir otros destinos.

Perú representa 0.3% del PBI mundial, Castillo sabe poco de economía, no se pronuncia a favor de la inversión privada; la izquierda la visualiza como fuente de ingresos fiscales pero ningunea su generación de empleo.

La gobernabilidad, las relaciones con el Congreso, los consensos políticos y el manejo de la conflictividad social serán cruciales. Hoy, el escenario del Perú muestra incertidumbre política, económica y social.