"La Fiscalía formuló una denuncia constitucional a Pedro Castillo por liderar una organización criminal en el seno de su gobierno, por delitos de tráfico de influencias y colusión". (Foto: Presidencia)
"La Fiscalía formuló una denuncia constitucional a Pedro Castillo por liderar una organización criminal en el seno de su gobierno, por delitos de tráfico de influencias y colusión". (Foto: Presidencia)

Ayer leí un Twitter del presidente , separando al ministro de Salud por indicios de corrupción denunciados por un medio de comunicación. Parece incoherente, por que ante denuncias similares a su gestión, Castillo ataca a la prensa. Seguramente separará también a su administrador de redes, –quien le escribe los tuits– pues en esta línea de pensamiento Castillo debió renunciar a la semana de haber ocupado el sillón presidencial. Recordemos que el presidente Castillo despachaba descaradamente en el jirón Sarratea, recibiendo visitas de lobistas, asesores, contratistas y demás joyones sin dejar rastro ni evidencia de lo ahí acordado entre los visitantes, el presidente y sus ministros.

La Fiscalía formuló una denuncia constitucional a Pedro Castillo por liderar una organización criminal en el seno de su gobierno, por delitos de tráfico de influencias y colusión. Sustenta su acusación en más de 190 elementos de convicción que descubren cobros de coimas por nombramientos en puestos clave, por licitaciones ilícitamente obtenidas y por el uso ilícito de las facultades presidenciales.

En el Perú habíamos visto a los políticos corromperse durante su gestión en el gobierno, pero nunca vimos a una organización criminal ser elegida para gobernar. Tampoco habíamos evidenciado una descarada complicidad como la de los congresistas apodados ‘Los Niños’, presuntamente integrantes de la organización criminal de Castillo, quienes con sus votos negaron en dos oportunidades la vacancia presidencial.

Será tan evidente el deterioro que hasta el arzobispo Barreto y la Conferencia Episcopal se animaron a instar al presidente Castillo a renunciar y al Congreso a convocar a elecciones anticipadas; sin embargo, difícilmente Castillo y su organización criminal harán caso a este pedido.

Más allá de renunciar, Castillo ha convocado a la OEA para sostener su posición en el sillón presidencial. Lo que no es de extrañar, por la ya conocida tolerancia a la corrupción y a las dictaduras del uruguayo Luis Almagro, quien encabeza hoy la OEA (siempre que provengan de la izquierda). Recordemos que mientras sirvió como canciller de su país, Almagro elogiaba al corrupto dictador venezolano Hugo Chávez.

Nota. Recomiendo revisar en las redes sociales la pregunta que el estudiante de la maestría en Democracia y Gobernabilidad, Rafael de Osma Bedoya (@RafaelDeOsma1) formula a Luis Almagro en la Universidad de Georgetown, sobre la cual, lamentablemente, no tuvo respuesta.

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