[OPINIÓN] Aldo Mariátegui: “¡Tiemblen que Toledo quiere cantar!”
[OPINIÓN] Aldo Mariátegui: “¡Tiemblen que Toledo quiere cantar!”

-Según informa el diario de Mohme, Toledo ha entrado en negociaciones con la Fiscalía, ofreciendo información sobre las cuentas de Andorra (hablan de US$ 52 millones, o sea, aún más plata) a cambio, es de suponer, de una mayor clemencia. Esto significa que Toledo ya no descarta su extradición y que está dispuesto a “echar” sin asco a quien sea con tal de mejorar su situación penal. ¿Será que la fiscal Benavides viajó a EE.UU. en febrero a tratar esto allá con Toledo? Sería lindo que Toledo cuente algunas cosas, como por ejemplo cómo se vendió el Canal 4 o el lío de Bavaria. Varios en Lima deben estar nerviosos, porque saben bien que Toledo solo buscará salvar el pellejo como sea. Lo que nunca entenderé es cómo Toledo pudo ser tan estúpidamente sinvergüenza de comprarse esa mansión. No tengo dudas de que la compra fue más por culpa de la desequilibrada de Karp y su arribismo. -Es una barbaridad medieval ese dictamen de la Comisión de Justicia que incrementa las penas de prisión por difamación y le añade una reparación civil (que los jueces en el Perú suelen poner en cifras astronómicas). Como de costumbre, hace años advertí que iba a pasar esto, porque mucho político odia a la prensa. Por eso sugerí asimilar difamación a calumnia e injuria, para que así no tenga cárcel como estas dos, pero sí una buena multa de ser culpable. Pero en lugar de ir por allí, mis brillantes coleguitas impulsaron una despenalización que nunca iba a darse. El resultado es que hoy tenemos esta amenaza, porque un juez tipo San Martín con esta norma te puede hacer añicos. No se olviden coleguitas de que los congresistas Alejandro Muñante y Eduardo Salhuana votaron a favor de este engendro (el resto son rojos). No les den ni la mano a estos dos cuando los tengan que entrevistar. -PD: Insisto: Torre Tagle sigue sin retirar la candidatura de la caviar PUCP Julissa Mantilla para su reelección en la Comisión CIDH. Después no lloren cuando el poder caviar les arrolle, una vez más, por su desidia.