Tanto el IDL como el resto de la izquierda activista saben perfectamente que pueden acudir y saldrán siempre victoriosos en las dos CIDH de perder antes cualquier asunto que les interese en el Congreso, el Tribunal Constitucional o el Poder Judicial. La caviarada le ha impuesto así un yugo colosal al Perú, que les entregó su soberanía jurídica y ha tenido por eso que soportar fallos humillantes y extremos, como indemnizar a terroristas. Hace rato que debimos salirnos de ese dogal, pero entre la chilla caviar (que la prensa tan sumisamente acompaña. Lean ese editorial reciente de EC donde exigen que se procese a Merino y cía) y la cobardía de la derecha eso jamás se ha logrado. Más que la bicameralidad, lo que este Congreso debería abocarse es a salirnos de estas dos CIDH (me imagino que denunciando el tratado que nos ató. Ojo que ni USA, Canadá, Cuba y las islas anglo caribeñas participan en las CIDH. Y Trinidad y Tobago, Venezuela y la Rep. Dominicana ya renunciaron a su jurisdicción). La oportunidad no es mala, pues la izquierda cerronista y oficialista que prima en el Congreso es anticaviar y votaría con la derecha para salirnos. Se podría coordinar con el Brasil de Bolsonaro y El Salvador de Bukele para una salida conjunta y soportar así la presión de los demócratas gringos (frescos en exigirnos integrar las dos CIDH, porque USA no es signatario).