[OPINIÓN] Aldo Mariátegui: “La pena de muerte y el ‘Maldito Cris’”

Tipos como el recientemente abatido hampón venezolano ‘Maldito Cris’ (¿por qué la prensa peruana llama siempre tan pudorosamente “extranjeros” a los criminales venezolanos?) reafirman más mi creencia en la pena de muerte. Psicópatas como ese miserable no deben pulular por el planeta. Son seres anormales que solo causan daño y no tienen ninguna redención. Si bien también creo que la pena de muerte es disuasoria, como también punitiva, aplicarla a lumpen como el ‘Maldito Cris’ es ya simple higiene social, pues es como eliminar a una alimaña peligrosa en tu casa.

Gastar nuestros escasos recursos en tener décadas encarcelado a un monstruo como ese es absurdo. Y la pena de muerte sí que es disuasoria, tal como lo documentaron el premio Nobel Gary Becker y los investigadores Gordon Tullock e Isaac Ehrlich, con quienes conversamos hace unos años al respecto en Correo. Tullock nos comentó literalmente en agosto de 2010 que: “Sí, es disuasiva. Sí. Lo que pasa es que ya en EE.UU. se dan muy pocas ejecuciones hoy en día como para demostrar plenamente su efectiva capacidad disuasoria”; mientras que Ehrlich probó en su momento que por cada pena de muerte ejecutada se evitaba la muerte de ocho inocentes.

Sigo hasta ahora convencido de que Belaunde II fusilaba unos veinte senderistas y emerretistas y no hubiéramos tenido después esos miles de muertos que el terrorismo le provocó al país. El único reparo que acepto es que el Poder Judicial peruano es muy poco confiable y que es arriesgado disponer de vidas ajenas con jueces penales tan deficientes, sesgados y folclóricos como César San Martín (CSM). Pero CSM y otros son lo que hay. Si no procesamos y ejecutamos legalmente a unos cuantos delincuentes, lo que vendrá es un Bukele, que lo hará a la mala. Ya nos pasó lo mismo años atrás con el terrorismo y todo acabó en ejecuciones extrajudiciales, esas que la gente aplaude en su momento para después hacerse los desentendidos cuando encarcelan a aquellos que otrora vitoreaban.