(…) entre la derecha y la izquierda popular parlamentaria, sin necesidad de negociar o pactar, sino por necesidad y casualidad, se compuso espontáneamente un duro voto anticaviar, lo que condujo a desestructurar algunas conquistas logradas por ellos como, por ejemplo, las capturas de SUNEDU, del TC, del MINEDU con su imposición de ideología de género (…) los caviares y sus voceros, entre ellos el órgano “oficial”, Grupo La República, quisieron impregnar en la mente del pueblo que se había consumado una alianza entre FP y PL (…) a denominar el “fujicerronismo”, que en realidad no es así, si no ocurre que la coincidencia en algunas votaciones de perulibristas y fujimoristas nacen de un espontáneo anticaviarismo (…) El gran error de los caviares es partir de una introspección subjetiva que les sugiere ser los únicos dotados intelectualmente y de una incuestionable pulcritud, cuando en realidad, solo son bandidos de alto vuelo y buena elegancia (…) Esta percepción subjetiva de creerse la reserva moral del país, sumado al control objetivo de los órganos de justicia, hace que persigan implacablemente a la derecha y a la izquierda popular, porque en sus mentes quienes no comulgan con ellos deben ser combatidos como presuntos delincuentes (…) En mi ingenuidad provinciana fui contactado por ellos, mediante Glatzer Tuesta y Gerardo Saravia (Nota: ambos son del IDL), pensando que se trataba verdaderamente de hombres de izquierda (…) con la congresista electa Ruth Luque, quien me trasmitió el requerimiento de su partido Nuevo Perú: cinco ministerios y el premierato para Verónika Mendoza. Ahí percibí la ambición desmedida e irracional de la caviarada… (FIN)