(Foto: @photo.gec)
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La canasta frutícola peruana ha venido variando en los últimos años gracias al empuje del boom agroexportador y, obviamente, a la variedad de climas y suelos que presenta nuestro querido Perú.

Hoy el peso específico de las uvas de mesa, la palta y los cítricos han desbalanceado por completo los antiguos cuadros jerárquicos de producción.

A nuestras frutas les gusta mucho las estaciones marcadas: que tengamos sol y calor en el verano y frío (si es con sol mejor) en el invierno. Ello en la costa, que es la principal productora de frutas.

Pues bien; el jugo por excelencia de los costeños es el de naranja. No obstante los reclamos de quienes prefieren papaya o limonada.

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Este otoño 2022, muy frío y soleado en la costa, ha sido formidable para la cosecha en curso de nuestras variedades de mandarinas, naranjas y limones.

La dulzura y el color de la fruta que dejan ver su calidad mejoran mucho en un otoño como el que está por terminar.

Ahora que arranca un invierno que viene muy frío en su primera parte –por lo menos–, usted podrá tomarse un buen jugo de cualquier cítrico, cargado de vitamina C, con fruta beneficiada por La Niña. Fenómeno que trae más beneficios que perjuicios a nuestra economía; a diferencia de El Niño.

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