Brasil: Miles salieron a las calles a protestar en contra de la corrupción que destruye el país. (EFE)
Brasil: Miles salieron a las calles a protestar en contra de la corrupción que destruye el país. (EFE)

Brasil ha sido, tradicionalmente, un país de izquierda o centro-izquierda. Después de la derrota de los liberales en 1930, por Getulio Vargas, el Brasil se orientó hacia ideas estatistas y socializantes. Ni la dictadura militar (1964-1985), ni menos los gobiernos democráticos, desde 1985, cuestionaron ese marco ideológico.

Sin embargo, en los últimos años, se observa el resurgimiento de las ideas liberales y conservadoras.

Las ideas liberales se están propagando a partir de los diversos institutos liberales que han surgido en los últimos 20 años y, muy especialmente, por medio de dos movimientos sociales recientes: el Movimento Brasil Livre (Movimiento Brasil Libre, MBL) y el movimiento Vem Pra Rua (Ven a la Calle). Estos dos grupos han liderado las gigantescas marchas por el impeachment de Dilma Rousseff, y mantienen hoy una labor sistemática de incidencia política por reformas liberales y una permanente presencia en las redes sociales.

La corriente conservadora es liderada por Jair Bolsonaro, un ex militar y hoy diputado federal por el estado de Río de Janeiro. Bolsonaro defiende la dictadura militar y se define como nacionalista y anticomunista. Es contrario al matrimonio entre personas del mismo sexo, y en general a toda la agenda de la izquierda brasileña. En los dos últimos años, Bolsonaro ha tenido un ascenso electoral meteórico, siendo actualmente el segundo en las encuestas (16%), solo después de Lula da Silva (35%).

El pensamiento estatista y socializante es mayoritario en Brasil; sin embargo, los liberales y conservadores han expandido el debate, rompiendo las barreras que encasillaron a tantas generaciones juveniles.

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