Caos preelectoral. (EFE)
Caos preelectoral. (EFE)

La semana pasada los camioneros paralizaron el Brasil. Se estima que más de 100 mil conductores han bloqueado unos 1,200 puntos de las carreteras del país. La huelga ha provocado escasez de alimentos en los mercados, de combustibles en las ciudades y aeropuertos, y de medicamentos en los hospitales.

La huelga ha sido por el alza de precio de los combustibles, especialmente del petróleo Diésel que utilizan los camiones. Dicha alza fue definida por la Petrobras para recuperarse de las pérdidas provocadas por la corrupción del Petrolão.

El gobierno ha ofrecido reducir los impuestos federales para obtener una tregua de 15 días, pero está teniendo que utilizar a las FF.AA. para forzar a los conductores a liberar las carreteras. Ayer, había todavía entre 400 y 600 puntos de bloqueo en las carreteras y es probable que el retorno a la normalidad sea gradual y regionalmente desigual.

Aprovechando el clima de malestar, los trabajadores de Petrobras han anunciado un paro de 72 horas. No sería una sorpresa si otros sindicatos hicieran anuncios similares en los próximos días.

En campaña electoral, la batalla de los políticos es la reelección, y apoyar a un gobierno con solo 5% de aprobación no es lo mejor para ganar votos. Los políticos saben que si no son reelectos, ellos pierden el foro privilegiado; y sin el foro, ellos pueden caer en manos de Sergio Moro o de algún juez federal parecido.

Es difícil predecir hasta dónde llegará esta oleada de inestabilidad. Lo que sí podemos saber es que Temer tendrá que enfrentar solo esos meses de inestabilidad social. En una situación así, son los populistas quienes pueden beneficiarse más.

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