A pedido de ONPE, Fuerza Popular envió información sobre dos cocteles organizados durante la campaña.
A pedido de ONPE, Fuerza Popular envió información sobre dos cocteles organizados durante la campaña.

Santiago Pedraglio

spedraglio@pucp.pe

El fujimorismo se está refundando, o por lo menos la importante fracción representada por Keiko Fujimori. ¿Qué de nuevo tiene este fujimorismo? Que Alberto Fujimori, fundador y jefe histórico del movimiento, está siendo reemplazado por su hija Keiko.

Este cambio es fundamental. AF fundó un movimiento que no representaba nada en la década de 1990, pero años más tarde sentó las bases económicas, políticas y hasta culturales del Perú actual. ¿Por qué se ha producido y, hasta cierto punto, legitimado el cambio? Los años de cárcel han sacado a AF de circulación, pero también lo ha hecho la consolidación de su hija como líder. A esto se le suma que, para consolidar su liderazgo, KF ha constituido un entorno de confianza distinto al de su padre. Este es el factor de ruptura decisivo.

Algo más: con ese entorno ha ingresado una nueva hornada de simpatizantes. Los cambios han venido acompañados de un nuevo relato sobre la necesidad de construir un partido para trascender al padre en la urgencia de crear un agrupamiento de derecha popular, con rasgos autoritarios, que juegue en los marcos procedimentales electorales. La necesidad de construir un partido se refleja, por ejemplo, en las declaraciones de Salgado y Chacón. Eso sí, la irrefrenable voluntad de control y las bases sociales del nuevo y del viejo fujimorismo son similares, con un fuerte componente popular en sectores informales.

Los desafíos del proyecto son múltiples: ¿cómo superar la liberación de AF y el protagonismo que buscará recuperar? ¿Podrá frenar el crecimiento de Kenji Fujimori? Y, algo quizá más de fondo, ¿cómo resolverá la sucesión de Keiko Fujimori si pierde en 2021?

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