Congresistas de Fuerza Popular defiende a su lideresa, Keiko Fujimori. (Renzo Salazar)
Congresistas de Fuerza Popular defiende a su lideresa, Keiko Fujimori. (Renzo Salazar)

Santiago Pedraglio

spedraglio@pucp.pe

Si durante el primer año de gobierno de PPK la mayoría parlamentaria fujimorista no tuvo clara la orientación “estratégica” de su gestión, ahora parece que sí la encontró. Durante los primeros 12 meses, el blanco principal fueron los ministros. La censura de Jaime Saavedra, con escasísimo fundamento, fue su primera y más clara representación. El ministro del Interior, Carlos Basombrío, estuvo a un tris de pasar por el mismo expediente, mientras que Alfredo Thorne (ex ministro de Economía) y Fernando Zavala, entonces premier, pasaron por la sanción política de la censura.

Con el ingreso de Mercedes Aráoz al premierato hubo quienes pensaron que se abría la posibilidad de un gran acuerdo entre dos fuerzas que, más o menos, tienen coincidencias sobre el modelo económico. Es probable que ella fuese la primera ilusionada, pero sin duda no la única, porque sectores empresariales y mediáticos creyeron que por fin había llegado el acuerdo “racional” que haría gobernable el país y, por supuesto, abriría las puertas a las reformas que faltaban (dicho de otra manera, para que el Ejecutivo y el Congreso aprobaran la reforma laboral).

Sin embargo, el frente de ataque del fujimorismo se modificó; o quizá Fuerza Popular entendió que puede hacer bastante más de lo que ha hecho con su abrumadora mayoría parlamentaria. Incluso ante la falta de iniciativa del Gobierno, ¿por qué no pasar ellos a “cogobernar”, en sus términos, desde el Parlamento?

El blanco principal ya no serían los ministros. Tan es así que el ministro Basombrío no será acusado. La estrategia es ahora otra: ganar posiciones sustanciales en el Tribunal Constitucional y, sobre todo, remover al fiscal de la Nación en circunstancias en las que el Ministerio Público tramita todas las investigaciones sobre el caso Lava Jato (incluido Odebrecht) y sobre lavado de dinero en las que se encuentran investigados altos dirigentes políticos, incluida la propia Keiko Fujimori.