Premier Villanueva sustenta la cuestión de confianza en el Congreso. Cinco bancadas anunciaron previamente que lo apoyarán. (Mario Zapata/Perú21)
Premier Villanueva sustenta la cuestión de confianza en el Congreso. Cinco bancadas anunciaron previamente que lo apoyarán. (Mario Zapata/Perú21)

Santiago Pedraglio

spedraglio@pucp.pe

La aprobación del voto de confianza por el Congreso representa una victoria para el presidente Vizcarra, pero es solo un paso en la intrincada relación del Ejecutivo con la mayoría del Congreso. Imaginar que todo caminará sobre ruedas entre ambos, como algunos quisieran, es confundir la realidad con un deseo.

¿Qué pasará hasta el 4 de octubre, fecha límite para aprobar el paquete? El presidente del Congreso, Daniel Salaverry, asegura que el compromiso es firme. Pero los intereses en juego inducen a pensar que seguirá habiendo tensiones. Si se toman en cuenta las declaraciones de representantes de Fuerza Popular (FP) e incluso los votos contra la cuestión de confianza, se verá que el destino de los tres proyectos por aprobar no es seguro: pueden sufrir cambios sustantivos, y no solo por obra de FP sino también de otras bancadas; o quizás acuerden que no todos los temas vayan a referéndum: como se ha adelantado, dos podrían ser modificados por el Parlamento en dos legislaturas. Finalmente, puede ocurrir que se aprueben los tres y se convoque a referéndum, sin grandes sobresaltos.

Con certeza, no aprobarlos acarrearía un costo político muy alto para el Congreso. Suponiendo, entonces, que se cumple con aprobar los tres proyectos hasta el 4 de octubre, la siguiente pregunta es qué grado de modificación de cada uno considerará aceptable el presidente Vizcarra. Este será un espacio de inevitable disputa e imprevisible desenlace. Cada fuerza medirá el costo político de su posición y el efecto (léase 2021) sobre su agrupación.

Aunque algunos analistas prevén una contraofensiva fujimorista inmediata proponiendo la vacancia de Vizcarra, las recientes decisiones de los actores principales han sido cautas, al margen de algunas declaraciones destempladas. En el corto plazo, ni Vizcarra quiere disolver el Congreso ni Keiko Fujimori quiere vacar al presidente. No obstante, la agenda de la disputa, como también del posible acuerdo, es bastante más vasta que “disolver” y “vacar”.

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