Jorge Barata
Jorge Barata

Santiago Pedraglio

spedraglio@pucp.pe

¿Los acusados-denunciados por Jorge Barata podrán capear el temporal o se verán arrastrados por sus declaraciones? ¿Todos los mencionados por Barata el último miércoles recibirán condena judicial y política o solo algunos pasarán por el callejón oscuro? El escenario “Que se vayan todos” parece imposible en el corto plazo, es decir, en los próximos tres años. Fuerza Popular tiene mucho poder en el aparato del Estado, sobre todo en el Congreso. Además, un “Que se vayan todos” tiene como condición que exista en las calles un poderoso movimiento, sumado a una fuerza política que represente esa exigencia. Ninguna de estas condiciones se da hoy en el país.

Si la Fiscalía hace bien su trabajo, ¿puede conseguir lo que la política no va a lograr? ¿Ocurrirá algo estilo Mani Pulite (Manos Limpias), proceso judicial que en 1992-1993 se trajo abajo el sistema político surgido en Italia después de la Segunda Guerra Mundial (1945)? Muy difícil, porque un logro así requiere pruebas fehacientes y una independencia institucional que en el Perú no está asegurada en el mediano plazo. Es más probable una “poda selectiva”: únicamente Ollanta Humala y Nadine Heredia en prisión preventiva, por más que las acusaciones contra los demás sean similares; detención de Alejandro Toledo echando mano a acusaciones no solo por financiamiento de campaña; y, quizá, salida de PPK de la Presidencia y asunción de Vizcarra. Sin embargo, en este último caso, un PPK vacado por una mayoría que incluye sectores denunciados por supuesto financiamiento ilegal debilitaría la victoria de los acusadores.

No obstante, aunque solo se imponga una sanción selectiva contra los líderes políticos acusados, lo ocurrido abre el espacio necesario para el surgimiento de nuevos rostros o el reciclaje de algunos conocidos no involucrados en las denuncias de corrupción. Por más que algunas de las actuales cabezas políticas se mantengan en sus puestos de poder, su imagen ya está erosionada.