Kenji Fujimori vuelve a mostrar un gesto de acercamiento al presidente Pedro Pablo Kuczynski.
Kenji Fujimori vuelve a mostrar un gesto de acercamiento al presidente Pedro Pablo Kuczynski.

Un breve resumen de lo acontecido en las últimas semanas sería: un grupo de parlamentarios, liderado por el fujimorismo, decide pedir la vacancia del presidente. Ante la crisis que se avecina, y argumentando que no hay sustento suficiente para el pedido de vacancia, otro grupo, conformado por miembros de diversas bancadas, decide no apoyar el pedido; sin embargo, quienes piden la vacancia cuentan con los votos suficientes para lograrla.

Pero, en el camino, Kenji Fujimori logra convencer a otros miembros de su partido para no votar por la vacancia. Se salva la institución presidencial. Pocos días después, se indulta a Fujimori. Una parte de los que estuvieron en contra de la vacancia reclama haber sido engañada pues se les habría dicho que el indulto no estaba en agenda y ahora ha decidido poner al Ejecutivo contra las cuerdas, amenazando al gabinete en pleno.

Los fujimoristas que votaron a favor de la vacancia están supuestamente contentos con el indulto, pero protestan porque asumen que se negoció por la no vacancia y han acordado abrir proceso disciplinario a los otros fujimoristas que de verdad están contentos con el indulto y votaron en contra de la vacancia.

En las redes sociales se crean bandos a favor y en contra de la vacancia. Quienes están en contra convocan marchas; quienes están a favor, que son mayoría, lo reflejan en las encuestas y aumenta la aprobación presidencial.
¿Hubo negociación?

Aunque la lectura obvia sea que sí, existe la posibilidad de que no haya sido así. Bastaría con que el indulto fuera ya una promesa. Con eso, quien más hubiera perdido con la vacancia (después del propio presidente) sería Fujimori.

Por último, “si yo sé lo que tú necesitas y tú sabes lo que yo quiero”… no hace falta sentarnos a negociar.