Referéndum
Referéndum

Hace mucho que no escuchaba hablar de la sangre de grado, una resina de color rojizo que se puede adquirir en establecimientos naturistas, con vendedores de hierbas y hasta en algunas boticas. Funciona como antiinflamatorio, cicatrizante, antioxidante, antiviral y antibacteriano. Lo recomiendan para curar quemaduras, heridas, la gastritis y hasta el cáncer.

También para fortalecer el cabello, eliminar acné y ¡hasta contra las estrías!La he usado en más de una ocasión, pero no puedo dar fe de todas las propiedades; debe ser porque he sido poco constante en su uso. O quizás, como una vez me dijo un médico: “Usualmente, lo que sirve para todo no sirve para nada”.

Cierto o no, da para reflexionar sobre la tentación de atribuir a un remedio o medida más capacidad de resolver problemas de lo racionalmente posible.
Cientos de problemas afectan al Perú: corrupción, inseguridad, desprecio por la ley y las autoridades, incapacidad de liderazgo, indiferencia con los más vulnerables; ambición y abuso de poder; anemia, desnutrición, y pobreza; falta de oportunidades (no hay espacio para todos); pero, ante esto, solo surge una idea de solución: un referéndum para reformas políticas parciales y, sobre todo, capitalizar a favor de algunos el rechazo a los políticos en general y al Congreso en particular.

Pero la no reelección de congresistas o la bicameralidad no aseguran que los nuevos serán menos delincuentes, brutos o abusivos. A nivel político, el referéndum no tiene las propiedades de la sangre de grado.

Mucho más simple sería esta pregunta: ¿está de acuerdo con quitar a los congresistas la inmunidad en la cual se amparan para mentir con descaro, destruir honras, delinquir descaradamente y pretender ser “testigo protegido”?