EXPONE PLAN DE GOBIERNO. Presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, pasará su primer examen ante los parlamentarios. (LuisCenturión/Perú21)
EXPONE PLAN DE GOBIERNO. Presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, pasará su primer examen ante los parlamentarios. (LuisCenturión/Perú21)

Alrededor de octubre, muchas empresas hacen su planeamiento estratégico. Realizan una autoevaluación, analizan el mercado, estudian resultados. Lo más importante es que miran hacia adelante y evalúan posibles escenarios que, por un lado, serán consecuencia y, por otro, determinarán sus decisiones.

Los planes, respaldados por un presupuesto, se hacen para alcanzar objetivos, es decir, resultados que van más allá de una simple meta de ventas. Y los gerentes serán evaluados en función de su aporte a la empresa y al logro de los mencionados objetivos.

A nivel país, tenemos la costumbre de tomar las promesas de los gobiernos no como una obligación asumida, sobre la que deberán rendir cuentas, sino como una declaración de “buenas intenciones”. Alguien publicará, tal vez, si algún ministro alcanzó a ejecutar su presupuesto.

Pero incluso eso distrae la atención de lo más importante: ¿de qué sirve haber repartido raciones de alimentos si los niños no mejoraron sus niveles de nutrición? ¿O de qué sirve instalar equipos médicos nunca utilizados porque no hay reactivos, mantenimiento ni capacidad para operarlos? ¿De qué sirve licitar una carretera que se abandona a la mitad porque no se tiene capacidad de resolver los mil problemas que traen consigo contratos complejos?

Cada 28 de julio, hay un discurso que rinde cuentas a la nación. ¿Alguna vez, la Contraloría u otra entidad pública evalúan antes el desempeño de cada ministro en función de las obligaciones previstas para su sector?

Tal vez debiéramos pensar en realizar una evaluación objetiva de su aporte al país en lugar de ese “concurso de popularidad” que resulta de las encuestas publicadas.

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