George Akerlof. (Reuters)
George Akerlof. (Reuters)

La publicación académica más leída de George Akerlof, Premio Nobel de Economía, es “El mercado de autos usados: calidad, incertidumbre y el mecanismo de mercado”. Ahí plantea una de las fallas de mercado, que complican que este asigne los recursos eficientemente. Como no sabemos la calidad de los autos, estamos dispuestos a pagar menos de lo que deberíamos. Los vendedores de buenos autos, entonces, prefieren mantener los suyos a venderlos. En promedio, la calidad de los autos de segunda empeora; por tanto, se genera un círculo vicioso.

Se puede hacer una analogía con la política. Entre los candidatos a Lima, entiendo que hay un asesino, auspiciado por uno de los hombres del ‘Doc’, otro lavandero auspiciador, candidatos que cobran a los regidores por estar en sus listas, y así. El ciudadano promedio no trabaja en política, políticas públicas o análisis financiero. No sabe. Cree que todos somos iguales. Los ciudadanos que queremos en la política no entran, porque es sucia y no los distinguen.

Las instituciones eligen, no las personas. Y se actúa colectivamente gracias a las instituciones. Así que el problema se agrava porque no hay un solo partido político.

Tenemos que entrar en política para que esto cambie. Tenemos que enfrentar a las mafias, a un costo personal alto hasta que la balanza se incline hacia el lado que queremos. Es fácil tener nuestro trabajo y vivir con nuestra familia, y pedir que se vayan todos. Y es bien torpe, porque también nos iríamos quienes enfrentamos a las mafias.

¿En verdad queremos a nuestro país? Pensemos en cuál es nuestra responsabilidad con los peruanos de menores oportunidades, sobre todo ahora que todos digamos ¡feliz 28!