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Los ‘chicos de la tele’ saben cómo captar la atención. Pero una cosa es dedicarse al mundo del entretenimiento y otra, muy distinta, es utilizar este recurso para convertirse en la autoridad que maneje el presupuesto de los ciudadanos. Para estos muchachones y otros menos muchachones (los candidatos más mediáticos a la Alcaldía), la palabra empeñada vale muy poco. Los ‘chicos de la tele’ coinciden en que se comunican con facilidad, están de punteros (¿mentirosos?) en las encuestas, pero eso sí, no les gusta debatir con todos en igualdad de condiciones, aquellas con las que estuvieron de acuerdo cuando firmaron el Pacto Ético Electoral. Quieren deslegitimar los debates en los que estuvieron ausentes, aducen que los han insultado, que no les gusta el formato, que en un minuto no pueden decir nada. ¡Excusas! Lo cierto es que demuestran que pueden romper su palabra con una facilidad inaceptable y eso es lo que nos alerta.

Me queda claro que los ‘muchachones de la tele’ comparten un guion. Belmont dice que sea el debate en San Marcos, Reggiardo responde encantado, pero en Barrios Altos y a la misma hora del debate oficial del JNE. Belmont y Reggiardo son ‘viejos conocidos’. En 2016 iban a ir juntos en las presidenciales. En un programa, Belmont dijo que Reggiardo era “lo máximo”, dando como argumento que era “zurdo” (¿?), agregando que hay estudios científicos que demuestran que los zurdos son más “inteligentes, brillantes”. ¡Plop! Te jala el ojo y la oreja para la tele, ¡sí!, pero no olvidemos que necesitamos a un alcalde que gestione nuestra ciudad con MUCHA capacidad, compromiso, decencia, consecuencia y que comience honrando sus compromisos.