Nos habíamos jodido tanto. (Foto: AFP)
Nos habíamos jodido tanto. (Foto: AFP)

Zavalita, ¿en qué momento se jodió el Perú? Después del aluvión Lava Jato, la disolución del Congreso, las investigaciones y prisiones preventivas de fujimoristas y apristas, el mismo autor de Conversación en La Catedral, Nobel de Literatura (MVLL), afirma que el Perú de hoy se está ‘desjodiendo’. ¿Será cierto?

Un país con grietas profundas como el nuestro, que tiene una historia de corrupción desde las postrimerías de la colonia en el siglo XIX (Alfonso Quiroz), quien detalla con prolijidad este fenómeno insidioso, variado, que penetró (y lo sigue haciendo) en todos los niveles de las actividades públicas y privadas, saqueando el patrimonio del Estado, pago y recepción de sobornos (graficado con especial minuciosidad en los últimos 20 años con los intestinos expuestos de los ‘vladivideos’ y del escándalo de coimas de LAVA JATO), en pésimas asignaciones de fondos, pasando por fraudes electorales, tráfico de influencias y otras transgresiones, nos volvemos a preguntar, ¿verdaderamente se está desjodiendo el país?

La obnubilación de los poderosos, que no solo ha sido prerrogativa de fujimoristas y apristas, han colocado al Perú en un momento en que nos pone a prueba a todos, y que debiera ser decisivo. A aquellos que ningunearon el capital que les concedieron los votos, a los que nos avergonzaron por las bajezas en la utilización del poder, debemos castigarlos con un voto alternativo, maduro y pensado.

Pero también a aquellos que hoy concentran todas las decisiones, exigirles sin ambages que gobiernen pensando en la patria del bicentenario, que exige un terremoto estructural dentro de un sistema que hasta ahora ha servido para que se sirvan las autoridades de espaldas a los peruanos.

Los ciudadanos tenemos el deber de asumir nuestra cuota de responsabilidad en lo que hasta ahora hemos (MAL) decidido. Insisto en que lo que deben cambiar son los cimientos propicios para que los individuos sean fácilmente corruptores y corrompidos. En ese momento, comenzaremos a ‘desjodernos’ de verdad.


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