Dirigente Pedro Castillo, quien se opone al actual sistema de evaluaciones, se reúne con legisladores de Fuerza Popular.
Dirigente Pedro Castillo, quien se opone al actual sistema de evaluaciones, se reúne con legisladores de Fuerza Popular.

La ineficiencia del Gobierno y el juego propio e irresponsable de Fuerza Popular han parido las posibilidades políticas de otro dirigente radical que, seguro, competirá en el espacio de Goyo Santos, Antauro Humala y cualquier otro parecido en las próximas elecciones. Pedro Castillo, desconocido hasta hace un mes, se ha convertido en “estrella” nacional. Ya probó el poder y no lo va a soltar. Aglutina maestros en huelga con un discurso de exigencias inagotables y evidentes maniobras para no llegar a acuerdos. En una larga entrevista en RPP, pude constatar su perfil. Preguntas claras, respuestas difusas dentro de un discurso repetitivo, cerrado, con un ingrediente insuperable, la victimización, que siempre funciona. Sobre sus presuntos vínculos con el Conare, solo divaga e intenta responder con una pregunta; sobre el nombre de sus ocasionales interlocutores telefónicos de FP, asegura que habló con todos los partidos; y sobre las evaluaciones, lo dice meridianamente claro. “Si los profes no pasan los tres intentos, con sus dos capacitaciones, que se queden donde están ( no despidos) pero, eso sí, que no asciendan”, asegura, en el tono condescendiente que sus seguidores de plaza quieren oír. Lo que está en juego y logramos arrancarle es su objetivo de fondo. La Reforma Magisterial. Con todos sus defectos, esta ha permitido tener educación basada en la meritocracia. Castillo y quienes lo motivan quieren “bajarse” esa reforma.

Que las demandas de los maestros en muchos casos son válidas. Cierto. Que debe incrementarse el porcentaje destinado a mejorar la calidad de los docentes. Cierto. Pero no es menos cierto que la “especialidad” de los que siguen el pensamiento ‘Gonzalo’ es el adoctrinamiento en las aulas, y conocen perfectamente cómo penetrar en las organizaciones sindicales docentes. Estamos advertidos. Ya lo vivimos una vez y aquellos están muy claros. Su “guerra” nunca termina. Es el recodo del que habla Abimael Guzmán. ¡Mucho cuidado!