Papa Francisco: “¿Qué le pasa a Perú que cuando uno deja de ser presidente lo meten preso?”
Papa Francisco: “¿Qué le pasa a Perú que cuando uno deja de ser presidente lo meten preso?”

El retiro espiritual nacional que provocó la presencia del papa Francisco nos sirvió para darnos cuenta de que la expresión religiosa en el país es multitudinaria y sobre todo que debemos respetarla. Queridos ideólogos de izquierdas, aunque sigan pensando que la religión “es el opio del pueblo”, la masividad de la expresión católica ha sido aplastante. Los invito a conocer un poco mejor el Perú. A los de la derecha desalmada, también les ha caído el “palo papal” y ni qué decir a la propia cúpula de la Iglesia. Francisco ha dicho en la reunión con los obispos que lo que falta es unidad, humildad entre la curia eclesiástica. Les dijo, en más de una ocasión, que salgan de sus zonas de confort y entiendan la calle para canalizar el hambre de FE de esta nación “ensantada”. Fue un momento extraordinario para ponerle rostro y estilo a la capacidad de comunicar simple, de llegar al alma y al corazón de las personas y también de poner clara evidencia de su capacidad de condenar los demonios de nuestra realidad: la clase política dirigencial, la corrupción (Odebrecht es solo un botón), violencia contra la mujer, indiferencia hacia los más vulnerables, irrespeto a las comunidades y pueblos originarios, el sicariato, el feminicidio, etc.). Vimos a Francisco “observar, escuchar” para después “meter” el dedo en las llagas de nuestra realidad endemoniada preguntándose, por ejemplo, con aparente candidez: ¿qué pasa en Perú que los presidentes que salen están en la cárcel?

Ni bien el avión papal comenzaba a surcar el cielo de regreso al Vaticano, llegaba el otro avión con la agenda perversa que agobia al Perú y a sus ciudadanos, la madeja de la corrupción. Las transcripciones de las declaraciones de Odebrecht para continuar con las interpretaciones antojadizas de cada grupo político y esperando el “dedo liberador o acusador” del que “pone y saca presidentes” Simoes Barata. Como en el Coliseo romano, Barata alzará o bajará el dedo a los presuntos coimeados.