Así reaccionó Keiko Fujimori tras escuchar el pedido de prisión preventiva en su contra. (Poder Judicial)
Así reaccionó Keiko Fujimori tras escuchar el pedido de prisión preventiva en su contra. (Poder Judicial)

Después de siete horas desglosando los argumentos de la Fiscalía y la defensa, el súper juez Richard Concepción Carhuancho decidió el futuro legal de Keiko Fujimori, la lideresa caída en desgracia de Fuerza Popular: 36 meses de detención preventiva, que era la petición del Ministerio Público.

Pero, a estas alturas, para la cúpula fujimorista, parece ser lo de menos. Ellos ya estarán pensando en el siguiente paso judicial. ¿Hábeas corpus, TC? ¿Qué pasará con Fuerza Popular cuando no haya chats con órdenes expresas ni aplausos protocolares? ¿Es posible que el movimiento fujimorista, con las transformaciones de forma que ha tenido a través del tiempo, sobreviva, esta vez, sin Fujimoris a la cabeza? ¿Kenji entrará a tallar con su Cambio 21? Dicen, y dicen bien, que en el Perú no hay cadáveres políticos, que nunca terminan de irse y que cuando regresan, lo hacen con fuerza.

Hoy, esta Fuerza Popular está en jaque a pesar de sus 61 congresistas. A la hormiga reina le movieron su patrón de recorrido y las demás hormigas se quedaron sin dirección y aún están alborotadas, pero seguro que encontrarán una ruta de escape y protección durante la tormenta, dure lo que dure.

La cárcel a cuenta, como lo dijimos con los Humala, sirve únicamente para aplacar la ansiedad, la desconfianza de la ciudadanía porque está harta de la corrupción que impera. La cárcel a cuenta no hace justicia, pero sí te da una sensación de que hay un fiscal, un juez, que se enfrenta a los poderes y a los poderosos.

Lo que es seguro es que en unos meses saldrán libres sin que los verdaderos procesos judiciales hayan comenzado en nuestras cortes. Esa es nuestra realidad, así que ‘aplausos protocolares’ para la Fiscalía y para nuestro sistema de justicia.