Directo al iceberg
Directo al iceberg

Es importante que empecemos a ser conscientes de que la crisis que experimenta el país, que se generó por el absurdo deseo del Ejecutivo de confrontar a un Congreso desahuciado y por descuidar por completo el desempeño de la economía, terminará afectando nuestros bolsillos más temprano que tarde.

Las últimas cifras indican que la economía se desinfla sin parar. El segundo trimestre de 2019 registró un minúsculo crecimiento de 1.1%, el peor desde la crisis financiera de 2008. Lamentablemente, el margen de maniobra para contrarrestar esta situación es limitado, debido a dos factores.

En primer lugar, todo apunta a que el gobierno insistirá en adelantar las elecciones a 2020. Esto inevitablemente incrementará el ruido político, lo cual impactará negativamente en las expectativas de consumo e inversión, resintiendo aún más el desempeño del sector privado.

Además, si consideramos que Vizcarra y su equipo nadan en recursos fiscales que no usan, esperar que ellos implementen alguna política fiscal contracíclica es onírico, como bien explicó Thorne el domingo. Entonces, un eventual aumento en la actividad doméstica en el corto plazo resulta improbable.

Segundo, las cosas afuera no andan bien. Los tambores que alertan de una recesión global resuenan cada vez más. Por ejemplo, China ha registrado el menor crecimiento desde 2010; Alemania, tras contraerse en -0.1%, está al borde de una recesión técnica; Boris Johnson seguirá presionando para que el Reino Unido abandone la Unión Europea, etc.

Como están las cosas en el Perú y el mundo, nuestra economía es el Titanic y navega directo al iceberg. Ojalá se pueda cambiar el curso. Mientras tanto, cuiden sus trabajos.

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