Fidel Castro (USI)
Fidel Castro (USI)

Después de larga ausencia, como dice la samba argentina, parece que los gringos están retornando a actuar en América Latina. Luego de la caída del Muro de Berlín, le delegaron al Brasil la vigilancia de estos vecinos desordenados y poco económicamente nimios y se dedicaron a otras zonas del globo. Entre tanto, Lula del Brasil y los Castro de Cuba organizaron el Foro de San Pablo, proyecto para infiltrar el continente con patrocinio ruso, chino e iraní.

Durante casi dos décadas, esta pandilla sembró el llamado socialismo del siglo XXI –un modelo para armar democracias fascistas con los Castro como arquitectos y mercenarios condotieri–. En cada país usaron inescrupulosos militantes títere y los dineros de Venezuela y de Odebrecht (financiado, al parecer, por Irán con plata rusa). Cada país, con soberbia provinciana de miradores de ombligo, los enfrentó como cosa interna, negándose a ver una ofensiva global que infiltraba ejércitos, pagaba a periodistas, artistas e intelectuales “de izquierda” y agentes en los organismos internacionales, que mostraban cifras altísimas de un desarrollo humano falsificado. Los opositores políticos o bien fueron ineficaces o se vendieron. Una época de “locos dirigiendo a ciegos” (Shakespeare). La pandilla antioccidental campeó pues con poquísima resistencia. “Será algo monumental que no imaginas”, me advirtió, en 2006, Bernardo Álvarez, el embajador venezolano por muchos años en Washington.

Solo Paraguay y Honduras tuvieron el coraje de zafarse de esta estranguladora, ante el abucheo canalla internacional de “los buenos”.
Ahora hay señales de que los gringos han vuelto nivelando el matonaje de los tártaros globales contra países lorna (pez zonzito). No lo hacen por justicieros sino por el creciente peligro para su seguridad. Pero lo hacen. (Continuará).