PPK afronta un proceso de vacancia presidencial y su futuro en Palacio de Gobierno se debatirá el próximo jueves en el Congreso. (Perú21)
PPK afronta un proceso de vacancia presidencial y su futuro en Palacio de Gobierno se debatirá el próximo jueves en el Congreso. (Perú21)

El presidente Kuczynski está en esta crítica situación por propia mano y de nadie más. Fue su decisión el ocultar la relación profesional que sostuvo con Odebrecht a través de la empresa de su amigo Gerardo Sepúlveda (First Capital) o el no mencionar que su empresa (Westfield Capital) asesoró a la corporación brasilera durante el lapso en el que se desempeñaba como ministro de Estado.

Al parecer, en Palacio de Gobierno no quieren entender que en la vacancia por incapacidad moral permanente nada tiene que ver que el jefe de Estado haya cometido algún delito o si los contratos que firmó Gerardo Sepúlveda, en representación de la empresa de Pedro Pablo Kuczynski, son lícitos o no.

Sería bueno que la defensa palaciega lea la Constitución y analice el antecedente del caso Fujimori, pues así entenderán que en este procedimiento lo que se evalúa es la catadura moral de quien nos gobierna y nadie puede negar que el mentir u ocultar información (de forma reiterada) es una infracción de índole moral.

Así las cosas, los voceros del mandatario no deberían perder el tiempo en legalismos absurdos que a la ciudadanía poco o nada le interesan, menos ahora que han quedado en evidencia los vínculos con Odebrecht que hasta hace poco el presidente Kuczynski negaba categóricamente.

La pregunta es: ¿podemos confiar aún en el presidente de la República y en que este encabezará una lucha frontal contra la corrupción de la que también es parte Odebrecht? ¿Usted qué opina?

P.D. Estimado ciudadano, dese por notificado que para los que apañaron al ahora prófugo Alejandro Toledo, blindaron ciegamente al capitán Carlos o cruzaron los brazos junto con Susana Villarán en la campaña de No, el hecho de que el presidente no haya sincerado su relación con Odebrecht es solo un pecado venial y no amerita una sanción. Así lo han decidido y debemos acatar su mandamiento.