Presidenta del Consejo de Ministros. (César Campos)
Presidenta del Consejo de Ministros. (César Campos)

El nuevo gabinete presidido por Mercedes Aráoz ha generado reacciones viscerales en cierto grupo de activistas (anti) de redes sociales. Estos consideran que el gobierno debió designar como ministros solo a los que ellos estimaban dignos de asumir ese encargo, vale decir, aquellos que les sigan permitiendo inmiscuirse en el gobierno.

Recordemos que estos autócratas digitales y autoproclamados guardianes de la corrección política son los que venían insistiendo para que el presidente Kuczynski tome la iniciativa de enfrentarse a la oposición parlamentaria a través de una “cuestión de confianza”. La justificación que idearon para este nuevo error político fue la defensa de la reforma educativa; empero, todos sabemos que la intención real de los autores mediatos de este globo de ensayo era poner contra las cuerdas al fujimorismo; lo demás fue solo cuento.

Así las cosas y a efectos de componer el estropicio ocasionado por los consejeros oficiosos del gobierno, el presidente Kuczynski designó al maestro Idel Vexler como titular del Minedu y, como era de esperarse, nuestra reserva moral determinó que esta designación inconsulta no se ajustaba a los intereses nacionales o, mejor dicho, a los suyos.

Al parecer, el pecado mortal de Vexler es haberse atrevido a cuestionar los “logros” alcanzados durante la gestión de Saavedra (figura intocable para los políticamente correctos). Si a lo anterior le sumamos que Vexler ha sido viceministro durante el segundo gobierno aprista, entonces entenderemos mejor la pataleta de aquellos que pretenden descalificar las cualidades profesionales y personales del actual ministro de Educación.

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