Según la Evaluación de Desarrollo Económico Sostenible. (USI)
Según la Evaluación de Desarrollo Económico Sostenible. (USI)

América Latina en general y el Perú en particular son vulnerables a la presencia de eventos inesperados de gran alcance. Choques agregados, desgracias. Estas pueden ser causadas por la naturaleza –terremotos o El Niño– o por nuestro propio sistema –conflictos armados–.

Más allá de los efectos directos de estos eventos, los choques externos son problemáticos para el desarrollo por dos razones: afectan más a los que menos tienen y pueden generar cambios que no se revierten luego de terminado el evento. Esto es lo realmente grave. Una familia que ha salido de la condición de pobreza pierde sus activos productivos por el evento y no solo cae en pobreza nuevamente, sino que difícilmente podrá volver a salir de dicha condición.

Por estas razones es necesario tener políticas de prevención, para minimizar los efectos del desastre, donde los seguros, el ordenamiento territorial, los simulacros y demás acciones de preparación a la población son centrales; de atención durante la emergencia, sobre todo para los segmentos más vulnerables, donde se requiere un plan para la emergencia misma –salud, traslado de personas, viviendas y alimentos– pero también otro para el período entre la emergencia y la reconstrucción –transferencias sociales, empleo temporal, albergues–; y de reconstrucción, que van más allá de reponer infraestructura, donde se trata de (re)crear medios de vida para los afectados, recuperar tejido social, gobernabilidad.

¿Desarrollo económico inestable? Es el título de una nueva publicación del Banco Mundial. Vale leerla a la luz de lo sucedido con El Niño costero del año pasado para prepararnos para el próximo choque.