Mujeres marcharon de luto por el Día de la No Violencia Contra la Mujer. (Piko Tamashiro)
Mujeres marcharon de luto por el Día de la No Violencia Contra la Mujer. (Piko Tamashiro)

Esta semana es el Día Internacional de la Mujer y, como todos los años, les pido a los lectores que por favor no vayan por ahí diciendo feliz día. No es un día feliz. Es un día de lucha por los derechos de las mujeres. Así que los regalitos y las flores sobran.

Hay avances. Claro que los hay. El sector privado, lentamente, ha aceptado que tiene un problema de género en sus políticas laborales y hay creciente evidencia de que les va mejor a las empresas más diversas. Con ello hay más presión por contar con mujeres en las directivas y más interés en reclutar y retener mujeres en las empresas.

El sector público tiene incluso mejores indicadores que el privado en este tema. Falta, pero se avanza hacia la equidad salarial y hay más mujeres en posiciones de toma de decisiones y poder.

Estos avances en lo laboral se dan a la par de estancamientos y retrocesos en dimensiones fundamentales para lograr la igualdad de derechos.

Vemos poco o nulo avance en la urgente transformación del trabajo no remunerado y en las responsabilidades de cuidado de niños, enfermos y adultos mayores, que siguen siendo la norma en la vida de las mujeres. Tampoco se ve cambio alguno para favorecer la participación política de las mujeres.

Pero donde vamos peor, diría yo, es en el tratamiento de la violencia contra las mujeres. Impunidad y sentencias a favor de los agresores incrementan la violencia. Solo en enero de este año 10 feminicidios, 44 tentativas de feminicidio y casi 10 mil denuncias de violencia familiar. Inaceptable. Avances, ninguno.

Con esta violencia se diluye lo que avanzamos en otras dimensiones. Estamos mal. Este es el tema en el Día de la Mujer.