Julio Guzmán (Perú21)
Julio Guzmán (Perú21)

A diferencia de otros, su inscripción convalida la legitimidad y empeño de Julio Guzmán y del grupo que lo acompaña, ganados ya en su breve y frustrada campaña de 2011. Prefirieron abordar la titánica tarea de cumplir los requisitos exigidos por el JNE, que continuar de candidatos de alquiler del partido Todos por el Perú que nadie recuerda.

Es el único presidente de un partido ya inscrito que públicamente declara como excesivo y hasta inútil la cantidad de firmas exigidas (“las más altas en el mundo”), explicadas como muro de contención para evitar la competencia política. Es decir, para mantener lo viejo y tradicional, auspiciado desde los partidos en el Congreso.

En su reciente entrevista en TV, ha definido al Partido Morado como de “centro político”, pero no equidistante de “los extremismos de la izquierda clasista y de la derecha individualista”. Un centro autónomo. Sin embargo, hay que recordar que los extremismos a los que alude Norberto Bobbio en su clásico Derecha e izquierda son los tributarios de la coerción y violencia, ajenos a la democracia. No se refiere a la izquierda y derecha que reconocen la validez y respeto a las normas democráticas.

También, Bobbio advierte que el centro político se ubicaría más cerca de la derecha o izquierda, de acuerdo a las correlaciones de fuerzas no solo políticas sino también sociales que se expresan con más fuerza en época de cambios. No existe un centro político de laboratorio, químicamente puro. Tampoco vale ufanarse de ser los únicos que quieren un país de ciudadanos, o que este se consigue solo con políticas públicas y sin lucha de los desposeídos por sus derechos conculcados.

Recordar que el morado nace de la mezcla del rojo y el azul. Y que hay varios matices.

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