Por el Perú. Facción de la izquierda peruana apoya a candidato de derecha PPK. (Captura)
Por el Perú. Facción de la izquierda peruana apoya a candidato de derecha PPK. (Captura)

Los izquierdistas estamos acostumbrados a evaluar si nuestro accionar corresponde a la estrategia que busca construir un cambio estructural del statu quo, por otro a favor de una verdadera democracia de ciudadanos. La táctica es la concretización de nuestra estrategia en cada coyuntura. La estrategia la definimos a partir de nuestro Programa Político, pero existen determinadas coyunturas en las que la táctica tiene un decisivo contenido estratégico. Las elecciones de 2021 son el caso.

Las próximas elecciones generales se convierten en el terreno de disputa entre los que quieren mantener en lo fundamental las profundas desigualdades existentes entre los peruanos, y los que quieren poner el suelo de la competencia más parejo. Hasta antes del 28 de julio de 2018 esto no parecía alcanzable. Las reformas de la justicia y política –con todos sus riesgos y dificultades– son un avance. Le corresponderá al próximo gobierno, si las profundiza, amplía –por ejemplo, si alcanza el régimen tributario– o las mantiene limitadas.

Ya lo hemos dicho (y recibido muchas críticas), la izquierda requiere dejar de aislarse del centro político y social, y de sectores patrióticos de la tecnocracia privada y estatal. Las transformaciones que proponemos, respetando las normas del régimen democrático, así lo exigen. Las correlaciones de fuerzas en torno a la disputa del contenido de las reformas es otro claro ejemplo de lo anterior (Sinesio López, LR 11/7).

El último Paro Nacional de la CGTP, justo pero aislado, debiera llevarnos a la reflexión. La cruda, dura y sin alternativa posición antiminera no tiene perspectiva. Habría que impulsar una inteligente y firme defensa del medio ambiente, la lucha por la licencia social y reparación a los afectados.

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