A trompicones ya funciona la Junta Nacional de Justicia (JNJ). Pero la reforma política se frustró en el anterior Congreso, por la entonces mayoría existente. Pero también se perdió una gran oportunidad para repensarla en relación a la grave desigualdad existente en el país, cuya solución no se resolverá solo cambiando el régimen electoral. Se requiere que los electores sean ciudadanos de verdad.

La brevedad del tiempo, entre otras causas, ha obligado a marchas forzadas y algunos retrocesos y vacilaciones al JNE, pero mañana 26 de enero se cumplirá lo prometido. El resultado electoral, hasta hoy poco predecible, dirá si existe la mayoría necesaria para poder aprobar la crucial reforma política, corrigiendo los errores del anterior Congreso y lograr ampliarla más allá del tema estrictamente electoral. Para conseguir esto, se requiere el entendimiento entre las bancadas del progresismo y la derrota de las fuerzas conservadoras.

Entre los partidos que posiblemente logren constituir una bancada, se encuentran dos núcleos importantes. Por el lado de los conservadores resaltan Fuerza Popular, Apra y Solidaridad Nacional. Y por el progresismo, Frente Amplio, Partido Morado, Juntos por el Perú y Acción Popular (EC 12/1). Asumimos que en el caso de AP, la mayoría de los congresistas serían críticos a la anterior bancada. ¿APP?

En los 15 meses que tendrá el próximo Congreso, además de la revisión de los DU, se debería consolidar la reforma política congruente con la lucha contra la desigualdad en todos los campos. Así, la “igualdad de oportunidades” no sería una frase hueca alejada de la realidad. Para esto, se requiere una gran voluntad, patriotismo y la calle. Justicia también es la lucha contra la desigualdad.