Captura de Abimael Guzmán. (Foto: Archivo El Comercio)
Captura de Abimael Guzmán. (Foto: Archivo El Comercio)

Fueron momentos de júbilo, también de incredulidad, y pugna por la reivindicación de la decisiva captura y el prestigio ganado por el rebote en la prensa, entre la Dincote y el SIE, cercano a Montesinos. El operativo de la captura se había guardado en absoluta reserva, Alberto Fujimori se encontraba acampando y pescando en un río de la selva y Vladimiro Montesinos se enteró de la captura por un flash en la TV. El general PNP Vidal, jefe de la Dincote, tuvo que pedir disculpas al presidente por no haberle informado previamente.

La historia se inicia hacia 1988, cuando Agustín Mantilla –viceministro del Interior– se preocupó en apoyar a la Dincote, donde se planteaba que el método de ‘capturar para interrogar’ al sospechoso senderista no daba los resultados esperados, debido a la estructura compartimentada de SL. Los responsables de los atentados conocían por seudónimos a los miembros de sus células, pero no sabían nada de la cúpula.

Con ayuda externa se conoció de la “inteligencia operativa”, basada en el seguimiento al sospechoso, filmación de sus contactos, control y vigilancia de las casas que frecuentaba y de las visitadas por quienes salían de otras controladas. Y, solo después, realizar un gran operativo que comprendía la captura de enlaces claves, incursión en las viviendas vigiladas y recojo de información que llevaría a la cúpula.

Ya en 1990, por razones hasta ahora no explicadas, se suspendió un operativo el 5 de diciembre, en la casa donde se encontraba la cúpula de SL y que pudo escapar por un extraño aviso dejado por debajo de la puerta. Superado este incidente, como en un segundo tiempo de un partido de fútbol, se formó el GEIN de la Dincote que logró la histórica captura el 12/9/92. ¿Quiénes y por qué antes avisaron a la cúpula de SL para que huyeran?

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