Ya no estamos tan solos, desafortunadamente... (Getty)
Ya no estamos tan solos, desafortunadamente... (Getty)

Hasta hace no mucho tiempo, cada vez que el país atravesaba una coyuntura política inestable como la que hemos pasado, el precio del dólar subía o se disparaba. Esta vez no ocurrió. La pregunta es por qué. Creo que existen dos razones.

En primer lugar, en 2017 la balanza comercial, que es la diferencia entre exportaciones e importaciones de bienes, ascendió a US$6,266 millones. Imagine a un productor que exporta. Los dólares que recibe por las ventas van a él y no al Banco Central. Sin embargo, necesitará vender dólares para obtener soles y seguir produciendo en el país. Los soles los usará en pagar a los trabajadores, pagar impuestos, etc. Al vender los dólares, la economía se llena de estos y, a mayor oferta, menor precio, que justamente es el tipo de cambio.

Esto significa que, como Perú exporta cada vez más debido al entorno económico externo favorable, entran cada vez más dólares y eso evita que el tipo de cambio suba. Podemos pensar que el exportador se queda con una parte de los dólares y que incluso los recibe en una cuenta fuera del país. Aun así, necesitará soles para producir, por lo que una parte significativa de estos deberá cambiarlos a soles. Las proyecciones del Banco Central apuntan a saldos de la balanza más favorables este año y el siguiente.

La segunda razón es que el Banco Central tiene dólares que puede vender en caso de aumentos en el tipo de cambio. Si el dólar subiese muy rápido, la entidad vendería dólares y evitaría que el dólar se dispare.
¿Estamos seguros de que la situación continuará en el futuro? No, pues no sabemos qué puede pasar ante la eventual guerra comercial entre EE.UU. y China, ni tampoco si los incrementos en los precios de los metales mantendrán su tendencia al alza.

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