Economía peruana crecerá 3.9% este año y 4% en 2017, estimó Cepal. (Perú21)
Economía peruana crecerá 3.9% este año y 4% en 2017, estimó Cepal. (Perú21)

La pregunta no es si la crisis política afectará o no a la economía, sino cuánto afectará. El impacto sobre la economía dependerá de cómo se solucione la crisis y qué tan rápido se conozca la ruta de salida. Aquí cada día cuenta. La solución debe ser creíble para todos: ciudadanos de a pie, consumidores e inversionistas, tanto nacionales como extranjeros.

En 2001, Paniagua asumió el poder ante la crisis política de 2000. Credibilidad, transparencia, respeto a las instituciones y un gabinete multipartidario hicieron que fuera fácil algo que se veía muy cuesta arriba.

Recordemos que el entorno económico externo ayudó en esa época de la misma manera como lo hace hoy: con un crecimiento en los precios de los metales. No se trata de copiar una solución porque los tiempos cambian; se trata de saber que sí pudimos salir.

Una crisis política de proporciones como la que estamos viviendo se refleja en una postergación de las decisiones de compra e inversión. El no saber qué va a pasar genera incertidumbre y, con ella, es muy complicado que la economía se mueva, pues entramos en un compás de espera. También en el precio del dólar y en la bolsa de valores. De nuestra clase política depende que esos impactos solo sean temporales.

Sin embargo, no solo es eso, pues la secuela del caso Lava Jato disminuye la credibilidad de la clase política y en general de todos. Muchos opinan que la solución es que se vayan todos; pregunto: ¿y quiénes vienen? Cada vez que ello pasa, aparecen líderes que creen tener la solución mágica, para luego convertirse en una decepción.

Si algo hay que proteger hoy, son las débiles instituciones que tenemos y tratar de reforzarlas. Ese es nuestro principal problema, la fragilidad institucional, que nos ha convertido en un país en el que nadie cree en nadie. Necesitamos resultados concretos para volver a creer.