Perú a Rusia 2018: Selección peruana costará el triple tras la clasificación. (AFP)
Perú a Rusia 2018: Selección peruana costará el triple tras la clasificación. (AFP)

En los últimos días se discute mucho el impacto sobre la economía de la clasificación al Mundial. El argumento es que el optimismo generado llevará a mayores gastos y eso aumentará la producción de la economía. El empuje vendría por el mayor consumo privado; por ejemplo, si aumenta la demanda por camisetas de la selección, entonces se producen más camisetas.

Dos cosas para comenzar: la economía viene mejorando gracias al mejor entorno económico externo; la prueba es que en setiembre creció un poco más de 3% sobre la base de minería; en segundo lugar, no tenemos antecedente que nos sirva como comparación, pues la última clasificación ocurrió hace 36 años.

Para producir más se debe invertir y/o comprar más. ¿Qué se podría demandar más como consecuencia de la clasificación? Sectores específicos, como polos y cualquier otro artículo con motivos de la selección, licores, televisores, publicidad en medios, programas deportivos y servicios de agencias de viaje y algunos más.

Sin embargo, a nivel de cifras macroeconómicas “grandes”, el impacto será leve. Es cierto que la euforia hace que se cometan excesos, como endeudarse para adquirir televisores o paquetes a Rusia. Sin embargo, aquí conviene poner una señal de alerta. Si una persona ya tiene deudas y decide aumentarlas, debe cuidarse de que los pagos mensuales por el total de sus deudas no excedan al 30% de sus ingresos. De lo contrario, entraría a una situación de sobreendeudamiento peligrosa.

El optimismo puede generar un mejor ambiente; si es aprovechado por el gobierno, en el sentido de unirlo a medidas que afecten de manera positiva y rápida al bienestar de la población, podría hacerlo sostenible. De lo contrario, solo será un hipo. Y la llave está en la sostenibilidad del crecimiento del país y no en efectos temporales que solo son el pitazo inicial.