El plazo para que los ciudadanos venezolanos regularicen su situación estará vigente hasta el 23 de enero de 2018 (USI).
El plazo para que los ciudadanos venezolanos regularicen su situación estará vigente hasta el 23 de enero de 2018 (USI).

En un mundo donde los muros son propuestos populistamente, nuestro país es una puerta abierta y amigable a la migración. Antes fueron los españoles, ahora son los venezolanos los que escapan de la crisis total que atraviesa su país.

Cada vez es más fácil identificarlos, no solo porque popularizaron la venta de arepas y porque viven orgullosos de su país vistiendo prendas con sus colores patrios, sino porque es cada vez más común verlos atendiendo amablemente en restaurantes, tiendas, negocios y en general vinculados a muchos servicios y oficios.

Muchos de los venezolanos que han llegado tienen estudios y experiencia, son mano de obra sobrecalificada en numerosos casos. Trabajan por sueldos alrededor del mínimo, lo que es poco para sus calificaciones, pero decente en comparación con la situación de su país.

Hasta el momento, la reacción de los peruanos ha sido positiva. Los peruanos son receptivos con los migrantes. Quizá recordamos nuestra propia experiencia de hace unas décadas, cuando cientos de miles de peruanos tuvieron que migrar escapando del desastre.

Sin embargo, la receptividad podría cambiar. En Colombia, país con un flujo mayor de migrantes venezolanos debido a la cercanía, ya hay autoridades que piden mayores controles migratorios. La discusión de la migración de ciudadanos haitianos a República Dominicana es mucho más gráfica. La migración, en ese caso mayormente ilegal, compite por puestos de trabajo, sobre todo en el campo, por lo que algunas autoridades piden ponerle un freno.

Dependiendo del flujo de migrantes en el futuro, aquí pueden surgir voces que pidan mayores controles migratorios y que luego clamen por la protección de puestos de trabajo para los locales. Ojalá que no. La experiencia nos debería enseñar que lo más importante es mantener la receptividad, ayudar a ciudadanos hermanos y aprovechar el capital humano que recibimos.