Julio Rosas pertenece a una iglesia evangélica. (Perú21)
Julio Rosas pertenece a una iglesia evangélica. (Perú21)

Los vínculos entre la religión y la política son históricos en el Perú. El poder de la Iglesia católica y la creciente influencia de las iglesias evangélicas son prueba de que la religión no está interesada solo en el lado espiritual, sino también tiene un interés bien mundano por establecer su dominio ideológico.

En el caso de las iglesias evangélicas, la estrategia en los últimos años parece ser aumentar su proyección política. Esto es coherente, dado que las iglesias son estructuras muy parecidas a lo que fueron los partidos políticos en el Perú. Tienen bases y enraizamiento territorial. Tienen una ideología (ellos sí) y avanzan los medios para alcanzar un modelo de sociedad. Las iglesias evangélicas han salido del clóset espiritual hacia el mundo político, impulsando campañas como “Con mis hijos no te metas”.

En el Congreso, lo que se observa es una dispersión de agentes evangélicos en algunos partidos, como el pastor Rosas en el partido de gobierno, pero sobre todo en el fujimorismo, con vínculos en campaña y con la elección de personajes como Tamar Arimborgo o Juan Carlos Gonzales.

La táctica de usar otras organizaciones políticas les permitiría el impacto político deseado, sin ganarse el desprestigio asociado a los partidos políticos. Las organizaciones partidarias aceptan esta presencia debido a los recursos con los que cuentan las iglesias (dinero, inmuebles, colegios). Así como hay beneficios mutuos, hay riesgos.

Del lado de las iglesias, su presencia política hace que también se les vincule con el lado oscuro de esta actividad. Pastores en redes de corrupción, como el caso del pastor Díaz Arce, son un desprestigio que puede afectar su actividad religiosa.

Del lado de los partidos, los dirigentes tienen que meditar si vale la pena convertir un partido en representante de intereses religiosos, y así claudicar a un esfuerzo ideológico propio. No vaya a ser que los pastores luego reemplacen a los políticos.