Solo el 21% de los consultados indicó que no existe dicho enfrentamiento. (USI)
Solo el 21% de los consultados indicó que no existe dicho enfrentamiento. (USI)

Keiko F. se ha dedicado a construir un partido. Tuvo que desligarse de la marca partidaria original y fundar Fuerza Popular. Después de 2011, se paseó por todo el Perú haciendo labor de hormiga con miras a 2016. En estas giras establecía contacto y alianzas con los poderes fácticos locales. Luego de la elección, se ha dedicado a comandar férreamente su numerosa bancada. Ella queda como una protagonista detrás de cámara, que rehúye el contacto cara a cara. Su comunicación con los electores ha sido generalmente epistolar, institucional, gélida, sin corazón.

Kenji F. se ha dedicado a buscar la liberación de su padre. En el camino ha forjado una imagen simpática, que cala hasta para ciertos sectores de izquierda. Esa construcción no se ha dado en el vacío, sino que consolida un caudal electoral. Ha usado al Congreso como una plataforma para su principal objetivo. En esa lucha de liberar al padre, se ha enfrentado a su bancada, pugna en la que su imagen se ha fortalecido. Mientras los congresistas naranjas aparecen con gesto adusto, Kenji F. se lo toma relajadamente. Hace avioncitos de papel con su citación y aparece con su madre burlándose de los regentes de la disciplina. Desde el humor refuerza una imagen de heredero del legado del padre que lucha contra los inquilinos precarios que han invadido su casa. Es el verdadero David fujimorista contra un falso Goliat naranja. El público siempre apoyará al débil contra el abusivo.

Construir un partido es una tarea que puede rendir frutos en el largo plazo. ¿Será útil esta estrategia para Keiko F. o solo está trabajando para que otros logren curules mientras que a ella se le escapa el asiento principal?
Una emoción positiva es pasajera y puede desvanecerse en el corto plazo.

¿Podrá Kenji F. mantener esta corriente positiva en el mediano plazo o será una estrella solitaria fugaz sin aliados reales?