Fuerza Popular
Fuerza Popular

La muy probable vacancia presidencial desnuda muchas ideas convenidas. Las voces que vaticinan un perjuicio a la economía y que solo se preocupan por la institucionalidad desde la comodidad de Paracas son un ejemplo. Es cierto que el dólar está al alza y la bolsa ha perdido puntos, pero si resulta un ganador político claro (el fujimorismo en este caso), a pesar de que institucionalmente el país quede en bancarrota y el balance de poderes en la cuerda floja, la economía marchará. Seguirá adelante porque los que cortan el jamón privilegian el orden y la estabilidad (tan presta a las inversiones) a la institucionalidad (esa abstracción en la que no vale la pena invertir).

De otro lado, se piensa que la movilización popular puede preservar algo de nuestra débil democracia. Si antes se tumbó a Alberto, ahora puede frenar a su hija. Esta épica tiene mucho de mito. Parece poco probable que una manifestación pare la avalancha.

Otros proponen la consigna de que se vayan todos, cuando los reemplazos no existen y los que sobrevivirían serían los dinosaurios más astutos.

También están los que pechan a los votantes de PPK. Se nos reclama haber elegido a un “anciano” sin partido. Los hechos actuales, sin duda, nos deberían hacer reflexionar y quizá nos destine al voto en blanco en las próximas elecciones. Pero asumo que los que reclaman ya han hecho un balance de sus votos naranjas. ¿Están orgullosos de las grandes reformas que Fuerza Popular ha llevado a cabo desde el Congreso? ¿Validan los huecos fiscales que varias medidas populistas están creando?

Si vacan al presidente, el Congreso y la mayoría fujimorista gobernarán por interpósita persona o como parte de un acuerdo donde ellos tienen la sartén por el mango. La mayoría naranja le pedía a PPK que gobierne, ¿gobernarán ahora ellos o solo saben obstruir?