Delgado dice que ya supo lo que era dormir en la calle y que pese a los rumores de una pronta solución a la crisis, seguirá con sus planes de llegar a Bogotá. (Foto: AFP)
Delgado dice que ya supo lo que era dormir en la calle y que pese a los rumores de una pronta solución a la crisis, seguirá con sus planes de llegar a Bogotá. (Foto: AFP)

Para varias dictaduras, utilizar a su pueblo como rehén a fin de mantenerse en el poder es recurrente en la historia moderna. La secretaria personal de Hitler, Gertraud Junge, atestiguó que el Führer, vencido y urgido por varios de sus generales para rendirse a los aliados, dijo: “Podemos hundirnos, pero nos llevaremos un mundo con nosotros”. Esa doctrina ha sido emulada por fascistas y delirantes como Saddam Hussein, Muammar Gadafi y Bashar al-Assad, que logró mantenerse en el poder a costa de muchos sirios.

Hubo otros tiranos que sometieron a sus propios pueblos a matanzas crueles por razones étnicas, ideológicas e, incluso, por sadismo (o todos esos factores juntos), como demuestra el Holodomor (el genocidio ucraniano), ocurrido entre 1932 y 1933. Entonces, Stalin ordenó cercar a Ucrania con tropas y enviar a algunos a expropiar el grano para venderlo al exterior “demostrando” así que la Unión Soviética llegaba a récords de exportación. Con la excusa de liquidar la clase social terrateniente (kulaks), Stalin dejó morir de hambre a más de 3 millones de personas (algunos estiman la cifra en unos 8 millones) para hacer propaganda y decir, como otro dictador bigotudo reciente, que en su país no había necesidades económicas.

Maduro y su clan de mafiosos usurpadores del poder en Venezuela no engañan a nadie en tiempos en que los medios de comunicación son masivos y existen las redes sociales. No pudieron hacerlo sus predecesores, como Stalin o el chino Mao Tse Tun, responsable de millones de muertes por hambre o, actualmente, la dinastía Kim de Corea del Norte.

Bienvenida sea la ayuda humanitaria para Venezuela, ya sea gringa, de Bolsonaro o de Duque, pero también de los que no la envían: Erdogan, Putin o China.

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