Cuándo morirá Franco (II)

Mi amigo Isaac Nahón, profesor en el Departamento de Comunicación de Universidad de Ottawa, escribió sobre el mismo tema de mi columna anterior. En “La ‘necropolítica’ como esperpento: sobre la exhumación de Francisco Franco”, Nahón compara este evento con el que hizo Chávez al exhumar los restos de Simón Bolívar.

Con la aquiescencia de mi amigo, reproduzco algunos fragmentos:
“La decisión del gobierno español, presidido por Pedro Sánchez, de exhumar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos… tiene características esperpénticas, en el sentido que le da el dramaturgo Ramón María del Valle-Inclán al referido término (llama esperpento a las imágenes deformadas por espejos cóncavos)”…

“El decreto ley del gobierno del PSOE tiene como objetivo arreglar cuentas pendientes que dejó la llamada Transición, especialmente en lo que se refiere a la ‘memoria histórica’ sobre la traumática Guerra Civil y los años de la dictadura franquista”.

“La ‘necropolítica’ en su vertiente esperpéntica –es decir, en su vocación de invertir los valores asociados al héroe clásico– busca también reescribir la Historia (con H mayúscula)... Ya en España algunos denuncian una eventual profanación de la tumba de Franco, o incluso la utilización electoralista por parte de Sánchez de este decreto para ganar puntos que se sitúan más a la izquierda”.

“…Ahora el presidente propone que el monumento construido por Franco pase a ser un cementerio civil. Con ello seguramente busca un compromiso político... lo que caldeará los ánimos de los nostálgicos de la dictadura. Valle-Inclán estaría admirado del potencial escénico que tiene la ‘necropolítica’ en esta era de medios digitales, grandes espejos cóncavos desde los que consumimos millones de imágenes deformadas”.