Matrixuela. (Photo by LUIS ROBAYO / AFP).
Matrixuela. (Photo by LUIS ROBAYO / AFP).

No entiendo bien la teoría cuántica pero sé que incluye una polémica entre quienes piensan que pueden coexistir realidades paralelas, y en este concepto entra el de Matrix, en la cual se plantea la existencia de mundos simultáneos y simulados por un gran ordenador que según la ciencia sería el Universo.

Si algo parecido se replica en la tierra, el caso de Venezuela es un ejemplo. El poder militar, con ayuda de guerrillas, narcotraficantes y regímenes autocráticos, como Rusia, Irán y China, lo ejerce el castrismo-chavismo, los “zares” Nicolás y el cerebro gris tras el trono, “Raspudado Cabello”, mientras que el gobierno constitucional y democrático es el del presidente de transición Juan Guaidó y el parlamento, sin poder real. A la vez, el país se subdivide en cantones gobernados por grupos criminales, guerrillas y narcotraficantes con liderazgos instaurados por Hugo Chávez, cuando creó los grupos paramilitares para defenderlo.

Los recientes enfrentamientos entre las fuerzas de Maduro y los dos grupos criminales del barrio más populoso de Caracas y de Latinoamérica, Petare, demuestran estas realidades paralelas de poder en Matrixuela. El conflicto entre las pandillas del poderoso “Wilexis” contra la del emergente “Gusano” es solo el microcosmos del estado fallido que es hoy Venezuela. Ante la cantidad de muertes en Petare, “Wilexis” ha amenazado de muerte a Maduro.

La Venezuela que legó Chávez a las nuevas generaciones, que tanto encanto ejerce ante cierta izquierda mundial, es, como la define el analista Tulio Hernández, la de un grupo que “quiere vivir como Rockefeller, pensar como Marx y actuar como Pablo Escobar”. Wilexis y compañía son ‘Frankensteins’ del chavismo.

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