Alemania: ¿Del milagro a la desilusión? (I)

Los germanos padecen la peor crisis desde que, en 1950, el diario británico The Times calificó de “milagro económico alemán” la manera vertiginosa en que su sólida democracia prosperó en solo cinco años, recuperándose de las ruinas de la Segunda Guerra Mundial y los fantasmas de su pasado nazi.

Por primera vez desde entonces, hay en Alemania una coalición débil que lucha por contener el crecimiento del partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD), y que –junto a los gobiernos de Austria, Hungría, Polonia y, recientemente, la coalición de izquierda y derecha radical que llegó al poder en Italia– propone políticas antiinmigrantes y contra el acogimiento de refugiados, acorralando a Angela Merkel. Esto ha obligado a la canciller alemana y al presidente francés, Emmanuel Macron, a organizar una mini cumbre sobre migración, excluyendo a casi todos los países de la Unión Europea (UE), pero sin lograr concretar una solución por la oposición italiana.

Esta fractura europea, cuyo vínculo se cimienta en el liderazgo germano, se ve afectada por los problemas de Alemania: las divisiones políticas del partido de Merkel, el incremento del AfD; las amenazas arancelarias de Trump, que ponen bajo riesgo a grandes empresas como Volkswagen, BMW, etc.; y el Brexit. En este contexto no es casualidad que el gobierno de Merkel salte de una política de tolerancia, que recibió a más de un millón de refugiados en 2015, a endurecer medidas fronterizas y buscar un acuerdo con otras naciones de la UE para conseguir una solución al problema de los refugiados fuera de Europa Continental. Merkel necesita confrontar a los extremistas nacionalistas de su país.

La próxima semana vincularemos esta crisis con lo ocurrido a Alemania el Mundial de Fútbol.