(César Campos/Perú21)
(César Campos/Perú21)

El escenario político y congresal ha cambiado, no solo tras la renuncia de PPK. Los cambios empezaron en diciembre, cuando PPK logró impedir la vacancia con el apoyo de los ‘kenjiavengers’ (hoy venidos a menos) y luego se produjo el indulto al ex presidente Alberto Fujimori.

Los 94 votos a favor de la investidura del premier Villanueva y las elocuentes muestras de apoyo de Keiko y FP al gabinete y Vizcarra se producen en un contexto en el que el Congreso tiene apoyo de FP. El voto de investidura parecía una “declaración de amor”.

Hay un “nuevo oficialismo” (?) en “alianza implícita” con Vizcarra. ¿Y Villanueva? ¿Hasta cuándo durará el apoyo de FP?

Por la tibia posición de Peruanos por el Kambio, parecería necesario reconstruir la relación. Sus partidarios denotan distancia ante la dupla Vizcarra-Villanueva. El Ejecutivo no debe prescindir de su bancada.

Algunos analistas dicen que FP buscó revancha para destronar a PPK, que ganó la Presidencia por un ajustado margen, sin el voto militar y policial que hubiera favorecido a Keiko.

El partido de César Acuña podrá ser un aliado del Gobierno mientras no se materialice el apetito electoral de Villanueva vs. las aspiraciones de Acuña, candidato prematuro al 2021.

La izquierda será clara opositora. Tampoco apoyaba a PPK, pero podía más su antifujimorismo; el retiro de Nuevo Perú impidió lograr los votos para la vacancia en diciembre.

Interesante será ver cómo juegan en la geografía congresal las diferencias entre los hermanos Fujimori, que electoralmente divididos son un pierde y pierde.

Una oposición beligerante del fujimorismo tras la renuncia de PPK sería contraproducente a sus intereses electorales en 2021; la oposición contemplativa del oficialismo le haría asumir el activo y el pasivo.